Rojo Sol, Fernando de Herrera

Rojo sol, que con hacha luminosa1
cobras el purpúreo y alto cielo,2
¿hallaste tal belleza en todo el suelo,3
que iguale a mi serena Luz dichosa?4

Aura süave, blanda y amorosa,5
que nos halagas con tu fresco vuelo,6
¿cuando se cubre del dorado velo7
mi Luz, tocaste trenza más hermosa?8

Luna, honor de la noche, ilustre coro9
de las errantes lumbres y fijadas,10
¿consideraste tales dos estrellas?11

Sol puro, Aura, Luna, llamas de oro,12
¿oístes vos mis penas nunca usadas?13
¿Vistes Luz más ingrata a mis querellas?14

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Análisis

Rojo Sol es uno de los poemas más representativos del que fuera el máximo exponente de la Escuela Sevillana. Fernando de Herrera (1534 – 1597) fue un revolucionario de la poesía de su tiempo. Su poesía se caracteriza por presentar un estilo cuidado, de influencia italiana y embellecido con abundantes figuras retóricas. Escribió sobre todo al amor y a su patria.

Este poema que nos ocupa es un Soneto que cuenta por tanto con dos cuartetos y dos tercetos de versos endecasílabos y rima consonante. El esquema métrico, como en otros muchos poemas de este mismo autor, es el siguiente: ABBA ABBA CDE CDE.

Se trata de un poema inspirado en su musa doña Leonor de Milán, condesa de Gelves; se dirige a ella llamándola Luz para ocultar su verdadero nombre. El tema central del poema es un alago a esta señora de manera indirecta, como si estuviera conversando con diferentes fenómenos o astros celestes, como el Rojo Sol o la Luna, menciona y destaca aquello que la hace bella, para finalmente dar un giro total al tono de poema y convertir el último verso de esta serie de halagos en un reproche.

El texto se divide en cuatro partes. La primera parte corresponde con a la primera estrofa y le da título al poema. El autor y enamorado se dirige al Sol para preguntarle si desde allí en lo alto del cielo ha podido alguna vez divisar a una criatura tan o más bella que su amada Luz, a la que le atribuye la cualidad de “serena” y feliz. (versos 1 – 4). Entre los versos 5 y 8 encontramos la segunda parte del poema tanto en estructura externa como en organización de las ideas. Ahora está hablando al “aura”, al frescor del aire que rodea a su querida Luz y la toca. Le pregunta si ha sentido un cabello más hermoso que el de ella. En estas dos estrofas se expresa una envidia camuflada, un deseo de tenerla cerca.

En la tercera parte, entre los versos 9 y 11, Fernando de Herrera le pregunta a la Luna si ha visto, o si ha tenido en cuenta así como la jefa de todo el firmamento a “tales dos estrellas”, haciendo referencia a los ojos de su amada.
En la cuarta estrofa se dirige el poeta a todos los anteriores y les pregunta en plural, y de manera retórica si nunca lo han oído lamentarse mientras sufría este desamor. Y termina el poema reconociendo que fue un amor platónico, una nada que lo ignoró y no mostró ni el más mínimo agradecimiento a su atención y amor verdadero.

Parece que nuestro poeta sufrió un gran amor no correspondido desde la soledad, pues es a los astros a quien confiesa su amor y no a un compañero o a ella misma en busca de una respuesta afirmativa y esperanzadora. Para él fue una amada “dichosa” y “serena” pero ajena a todo lo que él sentía.

Nota de Victoria Jorrat.

Jorrat, Victoria. Jun., 2014. Rojo Sol, de Fernando de Herrera. Poemario. Acceso en https://poemario.com/rojo-sol/