Qué risueño contacto!, Jaime Sabines

¡Qué risueño contacto el de tus ojos,1
ligeros como palomas asustadas a la orilla2
del agua!3
!Qué rápido contacto el de tus ojos4
con mi mirada!5

¿Quién eres tú? !Qué importa!6
A pesar de ti misma,7
hay en tus ojos una breve palabra8
enigmática.9
No quiero saberla. Me gustas10
mirándome de lado, escondida, asustada.11
Así puedo pensar que huyes de algo,12
de mí o de ti, de nada,13
de esas tentaciones que dicen que persiguen14
a la mujer casada.15

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Análisis

Jaime Sabines (1926-1999) fue un poeta mexicano cuya obra supone una gran aportación a la literatura en español del siglo XX. Descubrió la literatura siendo aún niño gracias a su padre, el Mayor Sabines; pues este le contaba a diario cuentos orientales como son Las aventuras de Antar o Las mil y una noches. Sabines admiró a su padre y llegó a dedicarle el poema titulado Algo sobre la muerte del Mayor Sabines, poema que, según el propio autor, fue su mejor creación.

Sabines, tras abandonar sus estudios de Medicina, estudió Filosofía y Letras y trató de cultivar la pasión por la literatura que llevaba dentro. No perteneció a ningún grupo o generación literaria y escribió una poesía libre, espontánea, natural y cotidiana.

La poesía de Sabines abarcó diversos temas, pero todos fueron tratados con subjetividad: muerte, soledad, mujeres y amor fundamentalmente. Son sus poemas fruto de la reflexión personal y las experiencias vitales.
Este poema ante el que nos encontramos, ¡Qué risueño contacto!, tiene una temática un tanto peculiar. Combina el tema de la mujer con el tema del descontento en general que según su poesía el ser humano experimenta a lo largo de su existencia.

Con este poema el autor está confesando al lector su subjetividad para con las experiencias de la vida. Al leerlo, su forma puede recordarnos al estilo de las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, quien también habló a la mujer por medio de su poesía.

De una manera breve y concisa Sabines muestra en estos quince versos que conforman el poema un cierto interés por la fragilidad o debilidad del sexo femenino: “…palomas asustadas a la orilla del agua” (verso 2), también en: “Me gustas mirándome de lado…” (versos 10-11); y reconoce que se fija en la mujer por el mero hecho de ser mujer y simplemente por haberse cruzado en su camino, sin importar si está o no casada: “¡Qué rápido contacto…” (versos 4-5) o “¿Quién eres tú? ¡Qué importa!” (verso 6). Cuando dice: “A pesar de ti misma…” (versos 7-8) está otorgando a la mujer un conflicto interno que no tiene por qué ser real; la está acusando de no ser capaz de tomar las riendas de su vida. Sabines con este poema trata a todas las mujeres en general y a las casadas en particular como un todo y hace de este comportamiento de la mujer de su poema un comportamiento universal.

Sabemos gracias a otros de sus poemas, como por ejemplo Me tienes en tus manos, que llegó a mirar a otras mujeres yendo junto a la suya; quizás el hecho de que él viviera el amor de esta manera lo ha llevado a percibir todo contacto con el sexo opuesto como una propuesta amorosa o un desafío al compromiso. Finaliza el poema sentenciando que todas las mujeres casadas sienten una insatisfacción que las lleva a investigar en los ojos de otros hombres: “de esas tentaciones que…” (versos 14-15). Si bien es cierto que existen mujeres insatisfechas, también es cierto que no necesariamente la mujer casada es perseguida por estas tentaciones a las que él alude. Pero quizás Sabines no opine así y simplemente ha creado este poema a partir de una experiencia en concreto, haciendo una generalización injusta hacia la mujer.

Nota de Victoria Jorrat.

Jorrat, Victoria. Dic., 2013. Qué risueño contacto!, de Jaime Sabines. Poemario. Acceso en https://poemario.com/que-risueno-contacto/