Poema del Otoño, Rubén Darío

¿Cuándo? Publicado en , en el libro Poema del otoño y otros poemas.

Tú, que estás la barba en la mano1
meditabundo,2
¿has dejado pasar, hermano,3
la flor del mundo?4

Te lamentas de los ayeres5
con quejas vanas:6
¡aún hay promesas de placeres7
en los mañanas!8

Aún puedes casar la olorosa9
rosa y el lis,10
y hay mirtos para tu orgullosa11
cabeza gris.12

El alma ahíta cruel inmola13
lo que la alegra,14
como Zingua, reina de Angola,15
lúbrica negra.16

Tú has gozado de la hora amable,17
y oyes después18
la imprecación del formidable19
Eclesiastés.20

El domingo de amor te hechiza;21
mas mira cómo22
llega el miércoles de ceniza;23
Memento, homo...24

Por eso hacia el florido monte25
las almas van,26
y se explican Anacreonte27
y Omar Kayam.28

Huyendo del mal, de improviso29
se entra en el mal,30
por la puerta del paraíso31
artificial.32

Y no obstante la vida es bella,33
por poseer34
la perla, la rosa, la estrella35
y la mujer.36

Lucifer brilla. Canta el ronco37
mar. Y se pierde38
Silvano, oculto tras el tronco39
del haya verde.40

Y sentimos la vida pura,41
clara, real,42
cuando la envuelve la dulzura43
primaveral.44

¿Para qué las envidias viles45
y las injurias,46
cuando retuercen sus reptiles47
pálidas furias?48

¿Para qué los odios funestos49
de los ingratos?50
¿Para qué los lívidos gestos51
de los Pilatos?52

¡Si lo terreno acaba, en suma,53
cielo e infierno,54
y nuestras vidas son la espuma55
de un mar eterno!56

Lavemos bien de nuestra veste57
la amarga prosa;58
soñemos en una celeste59
mística rosa.60

Cojamos la flor del instante;61
¡la melodía62
de la mágica alondra cante63
la miel del día!64

Amor a su fiesta convida65
y nos corona.66
Todos tenemos en la vida67
nuestra Verona.68

Aun en la hora crepuscular69
canta una voz:70
«Ruth, risueña, viene a espigar71
para Booz!»72

Mas coged la flor del instante,73
cuando en Oriente74
nace el alba para el fragante75
adolescente.76

¡Oh! Niño que con Eros juegas,77
niños lozanos,78
danzad como las ninfas griegas79
y los silvanos.80

El viejo tiempo todo roe81
y va de prisa;82
sabed vencerle, Cintia, Cloe83
y Cidalisa.84

Trocad por rosas azahares,85
que suena el son86
de aquel Cantar de los Cantares87
de Salomón.88

Príapo vela en los jardines89
que Cipris huella;90
Hécate hace aullar a los mastines;91
mas Diana es bella;92

y apenas envuelta en los velos93
de la ilusión,94
baja a los bosques de los cielos95
por Endimión.96

¡Adolescencia! Amor te dora97
con su virtud;98
goza del beso de la aurora,99
¡oh juventud!100

¡Desventurado el que ha cogido101
tarde la flor!102
Y ¡ay de aquel que nunca ha sabido103
lo que es amor!104

Yo he visto en tierra tropical105
la sangre arder,106
como en un cáliz de cristal,107
en la mujer108

Y en todas partes la que ama109
y se consume110
como una flor hecha de llama111
y de perfume.112

Abrasaos en esa llama113
y respirad114
ese perfume que embalsama115
la Humanidad.116

Gozad de la carne, ese bien117
que hoy nos hechiza,118
y después se tornará en119
polvo y ceniza.120

Gozad del sol, de la pagana121
luz de sus fuegos;122
gozad del sol, porque mañana123
estaréis ciegos.124

Gozad de la dulce armonía125
que a Apolo invoca;126
gozad del canto, porque un día127
no tendréis boca.128

Gozad de la tierra que un129
bien cierto encierra;130
gozad, porque no estáis aún131
bajo la tierra.132

Apartad el temor que os hiela133
y que os restringe;134
la paloma de Venus vuela135
sobre la Esfinge.136

Aún vencen muerte, tiempo y hado137
las amorosas;138
en las tumbas se han encontrado139
mirtos y rosas.140

Aún Anadiódema en sus lidias141
nos da su ayuda;142
aún resurge en la obra de Fidias143
Friné desnuda.144

Vive el bíblico Adán robusto,145
de sangre humana,146
y aún siente nuestra lengua el gusto147
de la manzana.148

Y hace de este globo viviente149
fuerza y acción150
la universal y omnipotente151
fecundación.152

El corazón del cielo late153
por la victoria154
de este vivir, que es un combate155
y es una gloria.156

Pues aunque hay pena y nos agravia157
el sino adverso,158
en nosotros corre la savia159
del universo.160

Nuestro cráneo guarda el vibrar161
de tierra y sol,162
como el ruido de la mar163
el caracol.164

La sal del mar en nuestras venas165
va a borbotones;166
tenemos sangre de sirenas167
y de tritones.168

A nosotros encinas, lauros,169
frondas espesas;170
tenemos carne de centauros171
y satiresas.172

En nosotros la vida vierte173
fuerza y calor.174
¡Vamos al reino de la Muerte175
por el camino del Amor!176

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Análisis

El poeta se dirige al lector que está en su etapa de madurez. A él le recuerda que aún queda mucho por vivir. Hay que disfrutar del tiempo que nos queda y no pensar en el perdido. El amor puede llegar y hacernos sentir jóvenes. No debemos dejarnos llevar por la tristeza interior de nuestra alma.

Debemos dejar de lado lo que digan de nosotros y buscar nuevas experiencias. Habrá momentos alegres, de felicidad y otros menos animados, como la vida misma. La negatividad es lo que nos envejece más y lo que nos hace morir antes. Pero hay que aceptar que nuestro final llegará y no tenemos que evitarlo porque es imposible hacerlo.

Como dice el poeta, debemos vivir la vida, aprovechar su belleza y amar a la mujer. A nuestro alrededor todo es tentación. Cuanto sentimos el amor, la primavera nos envuelve y nos notamos vivos. No debemos pararnos en lo negativo y lo que la gente opine. Tampoco debemos pensar en desaires o ataques personales.

La muerte es un paso para otra vida feliz. El poeta insiste en quitar lo negativo de cada uno de nosotros para ser más felices. Hemos de vivir cada nueva experiencia como algo único y, a la vez, temporal. Todavía podemos encontrar nuestro amor verdadero. La vida no entiende de tiempo y todo momento puede hacernos encontrar la felicidad.

Pero debemos extraer la esencia del amor desde el primer momento. El poeta desea que los niños disfruten por completo de su vida. Nuestro tiempo es breve en el mundo y no debemos pensar en el pasado. Debemos buscar la belleza, como se hace con las flores o la literatura. Debemos vivir. Como los dioses antiguos gozan del amor, el sexo, la belleza, no hemos de dejar de buscar nunca.

Pero de la misma forma que buscamos el amor y la vida, debemos ser conscientes de quienes somos. La juventud es todo pasión y entrega y debe ser siempre así. No probar el amor en la juventud o hacerlo tarde, es negativo para el/la joven. El poeta recuerda a una de las mujeres que amo.

La mujer que ama, ama siempre y es amada. El poeta invita entregarse al amor sexual, a vivir piel con piel. Aboga por el “carpe diem”, antes que nuestro tiempo termine. Se dirige al lector para que deje de lado sus creencias religiosas y viva, se deje llevar por el deseo. Hemos de aprovechar el tiempo antes que el nuestro expire.

Mientras sigamos vivos debemos aprovechar todas las experiencias que podamos. No debemos tener miedo porque no hacemos nada malo. La muerte nos llega a todos. Debemos ser como el primer hombre, Adán, y descubrir que la tierra es nuestro edén.

La tierra es un planeta vivo y cada uno de nosotros damos vida a este y también al propio ser humano con hijos. Somos una prolongación de nuestro corazón. Vivimos, damos vida y la sentimos y compartimos. El ser humano es dueño de su destino y se repone a la adversidad.

Somos lo que somos por la evolución de nuestro cerebro, que es único. Nuestro origen es el mar y eso está en nuestros genes y en la historia de nuestra evolución. Somos seres fantásticos, deseosos de poseer, amar a las sátiras, como la mitología. Vivamos y que el amor sea nuestra senda, nuestro camino, hasta el momento de nuestra muerte.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. Oct., 2015. Poema del Otoño, de Rubén Darío. Poemario. Acceso en https://poemario.com/poema-del-otono/

Ejemplos de figuras literarias en Poema del Otoño

Figura literaria Ejemplo Descripción
Metáfora "Tú, que estás la barba en la mano meditabundo," Refiere a un estado de pensamiento profundo y consideración, donde la barba representa el paso del tiempo y la sabiduría.
Metáfora "y nuestras vidas son la espuma de un mar eterno!" Representa la fugacidad y transitoriedad de la vida humana en contraste con la eternidad del tiempo.
Prosopopeya "Amor a su fiesta convida y nos corona." Se personifica al amor al atribuirle la capacidad de invitar a una fiesta y coronar a los invitados, representando la alegría y la exaltación que puede brindar.
Hipérbole "¡Si lo terreno acaba, en suma, cielo e infierno," Se exagera que todo en la tierra, tanto lo bueno (cielo) como lo malo (infierno), eventualmente llega a su fin, resaltando la naturaleza transitoria de la vida.
Hiperbatón "Lucifer brilla. Canta el ronco mar." Se altera el orden habitual ("El ronco mar canta") para dar énfasis a la descripción y crear un ritmo particular.
Elipsis "¿Para qué los odios funestos de los ingratos? ¿Para qué los lívidos gestos de los Pilatos?" Se omite el verbo en estas preguntas, implicando la inutilidad de estos sentimientos y modos negativos.
Anáfora "¿Para qué las envidias viles y las injurias, cuando retuercen sus reptiles pálidas furias? ¿Para qué los odios funestos de los ingratos? ¿Para qué los lívidos gestos de los Pilatos?" Se repite "¿Para qué" para remarcar la futilidad y el daño.
Antítesis "Huyendo del mal, de improviso se entra en el mal," Se yuxtapone la idea de escapar del mal y entrar en él al mismo tiempo, lo que crea un contraste intenso y destaca la ironía de la vida.
Paralelismo "El alma ahíta cruel inmola lo que la alegra, como Zingua, reina de Angola, lúbrica negra." Se establece un paralelismo entre el "alma ahíta" que "inmola lo que la alegra" y "Zingua, reina de Angola", lo que proporciona un ritmo y una simetría a estos versos y resalta la ironía de la autodestrucción.
Metonimia "Lavemos bien de nuestra veste la amarga prosa;" La "amarga prosa" representa los aspectos desagradables y negativos de la vida, que el autor insta a lavar de nuestra "veste", una metonimia para nuestras vidas o almas.


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