Poema 12. Amantes/Se miran, se presienten, se desean, Oliverio Girondo

Se miran, se presienten, se desean,1
se acarician, se besan, se desnudan,2
se respiran, se acuestan, se olfatean,3
se penetran, se chupan, se desnudan,4
se adormecen, despiertan, se iluminan,5
se codician, se palpan, se fascinan,6
se mastican, se gustan, se babean,7
se confunden, se acoplan, se disgregan,8
se aletargan, fallecen, se reintegran,9
se distienden, se enarcan, se menean,10
se retuercen, se estiran, se caldean,11
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,12
se tantean, se juntan, desfallecen,13
se repelen, se enervan, se apetecen,14
se acometen, se enlazan, se entrechocan,15
se agazapan, se apresan, se dislocan,16
se perforan, se incrustan, se acribillan,17
se remachan, se injertan, se atornillan,18
se desmayan, reviven, resplandecen,19
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,20
se derriten, se sueldan, se calcinan,21
se desgarran, se muerden, se asesinan,22
resucitan, se buscan, se refriegan,23
se rehúyen, se evaden y se entregan.24

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PDF Poema 12. Amantes/Se miran, se presienten, se desean



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  • Pablei Abr., 2023

    Este poema lo aprendí en la secundaria. En ese momento, y en la pacata institución en la que estudié, era lo más “subidito de tono” que podía leer. Con el tiempo, el recuerdo de esa picardía me llevó a releerlo, y recién ahí lo comprendí. Tiene una profundidad de movimiento inmensa. La sucesión verbal, me da esa dinámica. Los verbos elegidos van desde acciones muy serenas hasta otras más apasionadas. Algunas son contradictorias, y expresan lo que se vive en un momento de pasión amorosa. Sinceramente, el señor Girondo supo lo que era tener un momento de pasión muy profundo. Él pudo decir que fue elevado hasta el extasis sexual. De mi parte, son todos elogios. Chapeau!

  • Elizabeth Camacho Ago., 2022

    Con todo respeto. No es el tipo de poesía que pueda provocarme. Sentí como si estuviera ante un sinnúmero de verbos aplicados a un hecho forzado a existir, sin aliento y alma,. Podría decirse que sentí que la forma simple se antepuso al fondo que quedó forzado por la secuencia verborreica de las palabras.
    Lo siento, pero ese fue mi sentir.


Análisis

Lo primero que corresponde decir es que, tal como está publicado en el libro Espantapájaros, al que pertenece, este poema está identificado solo con el número «12». Sin embargo, en distintas ediciones y referencias, se lo puede encontrar bajo diversos títulos, tales como Poema 12, Amantes o Se miran, se presienten, se desean.

El autor de esta pieza es el poeta y escritor argentino Oliverio Girondo, nacido en Buenos Aires, en 1891. Aunque, en general, se lo considera representante del movimiento surrealista y de la vanguardia porteña de la década de 1920, la crítica identifica tres períodos de su producción literaria. A la etapa juvenil pertenecen sus libros Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922) y Calcomanías (1925), ambos caracterizados por el universalismo originado en los frecuentes viajes de Girondo a países europeos, así como por el cultivo de un humor no pocas veces absurdo.

En los años veinte, los artistas de Buenos Aires se adherían a uno de dos grupos de diferente visión estética. El Grupo de Boedo aglutinaba a una veintena de escritores (José Portogalo, Nicolás Olivari, César Tiempo, Álvaro Yunque, Roberto Arlt y otros), pintores (José Arato, Adolfo Bellocq, Abraham Vigo y Guillermo Hebéquer) y compositores y músicos de tango (Sebastián Piana, Pedro Láurenz, Homero Manzi, Cátulo Castillo, Pedro Maffia y algunos otros). Este grupo sostenía que el artista debía dar a su obra un carácter testimonial y comprometido a favor de las luchas obreras y desde la perspectiva de izquierda, especialmente socialista. Por su parte, el Grupo de Florida (también llamado Grupo Martín Fierro) se centró en el fomento de las innovaciones vanguardistas. En poesía, sus miembros cuestionaban la métrica y la rima, y eran partidarios del dadaísmo, el ultraísmo, el surrealismo y otras corrientes de la vanguardia europea. Militaban en el grupo una decena y media de escritores (Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Victoria Ocampo, Ricardo Güiraldes y otros) y una docena de pintores (Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, Emilio Pettoruti, Juan del Prete, Raquel Forner y otros). Oliverio Girondo pertenecía al Grupo Martín Fierro.

En los años treinta, se inicia el segundo período de la literatura de Girondo. Publica Espantapájaros (1932), que contiene el Poema 12, e Interlunio (1937). Sobre Espantapájaros, el escritor español Ramón Gómez de la Serna, en su libro Retratos contemporáneos (1941), dice:

En este libro admirable del que no ha hablado ni un solo crítico de las grandes publicaciones y al que la envidia ha evitado toda alusión, está la enjundia del talento irrespetuoso, que es lo mejor de lo argentino. En Espantapájaros todas son fecundaciones del porvenir, y lo inventado en este libro no tiene aún nombre. ¿Quién ha podido superar sus imágenes? ¡Nadie! Es uno de los pocos libros libres que no recomendaré para los colegios, pero que ayudan a vivir.

Por su parte, la escritora argentina Olga Orozco, en su ensayo Oliverio Girondo. Frente a la nada y lo absoluto (1978), escribió:

Sin abandonar el hilo del humor, que se anuda de pronto en estallidos exaltados o admonitorios, Oliverio Girondo penetra en los territorios de la interrogación, del cuestionamiento, de las comprobaciones absurdas frente a un yo y a un mundo que se oponen, se reabsorben o se enajenan. El resultado de este enfrentamiento, de este rechazo o esta interacción, casi siempre irrisoria, es su libro Espantapájaros.

En esta etapa de la producción literaria de Girondo, su intensa incursión en el terreno vanguardista queda ejemplificada por el siguiente caligrama que incluye en Espantapájaros:

La tercera etapa de la escritura de Girondo es la de su madurez. Comprende los poemarios Persuasión de los días (1942) y En la masmédula (1953). Es el periodo más vanguardista y disruptivo, en el que el poeta se sumerge en la indagación del propio yo y en una pesimista visión introspectiva.

De las veintitrés composiciones de Espantapájaros, el Poema 12 es la única composición en verso, ya que las restantes son escritos de prosa poética. Es notable la cantidad de ensayos y artículos escritos por críticos y eruditos con la intención de interpretar las intenciones de Girondo en esta composición. Habida cuenta del contenido de la obra, todos esos trabajos incursionan, como no podría ser de otro modo, en el ámbito del erotismo. Y, como suele ocurrir, las interpretaciones y evaluaciones de los analistas son sumamente variadas y, en definitiva, altamente especulativas. Lo cierto es que Girondo construyó este poema haciendo una enumeración de verbos conjugados en la tercera persona del plural («ellos»), en tiempo presente del indicativo y utilizando la forma pronominal mediante el pronombre personal «se» con valor recíproco, es decir, connotando que la acción es realizada por varios individuos, los unos sobre los otros. Setenta y dos verbos y el pronombre «se» son los únicos recursos gramaticales que Girondo ha empleado para construir esta obra. Los verbos seleccionados son aquellos que resulta admisible aplicar en el contexto de una relación erótica, una parte de ellos con significación literal y otra parte con carácter metafórico. Pero esta enumeración de verbos está hecha por Girondo con extrema prolijidad formal y cuidada estructura poética, según se ve a continuación.

Los veinticuatro versos son endecasílabos y, con la excepción que se verá, todos tienen acento fónico fundamental en las sílabas 3, 6 y 10. Es evidente que Girondo quiso asegurar la regularidad rítmica y que con ese propósito también extremó el empleo de la anáfora del pronombre «se», salvo en los casos de «despiertan», «fallecen», «desfallecen», «reviven», «resplandecen» y «resucitan» (versos 5, 9, 13, 19, 19 y 23, respectivamente). En estos versos, los verbos no son claramente aplicables a una acción recíproca de los amantes. Además, al eliminar el pronombre, los versos involucrados se ajustan plenamente a la métrica general endecasílaba.

El primer verso («Se miran, se presienten, se desean») es el único que no tiene acento rítmico en la tercera sílaba, sino en la segunda, lo que resulta llamativo, pues habría bastado con alterar el orden de los dos primeros verbos («Se presienten, se miran, se desean») para lograr la perfecta uniformidad de la acentuación en todo el poema.

No hay ningún verso sin rima, sea asonante o consonante. Las rimas se distribuyen irregularmente (abrazadas, alternas o consecutivas). El esquema de rimas es ABABCCDEEDDFFFGGCCFFCCEE y, como puede verse, nunca se supera la máxima distancia canónica de dos versos entre rimas. Este conjunto de características formales indica una clara intención de marcada cadencia rítmica y eufonía, lo que está indudablemente muy bien logrado por Girondo.

El Poema 12 debe ser evaluado teniendo en consideración el contexto cultural de la época en que fue escrito. Es una nítida manifestación de la corriente vanguardista que propiciaba la liberación de las artes, materializada en la búsqueda y el ensayo de nuevas formas de expresión y en el desafío a las normas tradicionales. Inmerso en esa corriente, Girondo exploró la naturaleza de las emociones y las experiencias humanas. Y lo hizo de un modo tan novedoso y eficaz que dio lugar a que se asociara el efecto de su escritura con el que tuvo la obra del poeta peruano César Vallejo.

Nota de Javier Collazo.

Collazo, Javier. Ago., 2023. Poema 12. Amantes/Se miran, se presienten, se desean, de Oliverio Girondo. Poemario. Acceso en https://poemario.com/poema-12/

Ejemplos de figuras literarias en Poema 12. Amantes/Se miran, se presienten, se desean

Figura literaria Ejemplo Descripción
Anáfora "se miran, se presienten, se desean, se acarician, se besan..." El poema utiliza la anáfora al repetir "se" al comienzo de cada verbo, lo que crea un ritmo y enfatiza la intensidad y la conexión entre los amantes.
Metáfora "se iluminan" La metáfora "se iluminan" sugiere que los amantes se vuelven más brillantes y radiantes cuando están juntos, reflejando la luz y la energía de su conexión.
Metáfora "se adormecen, se despiertan" Esta metáfora implica que los amantes se sumergen en un estado de sueño o inconsciencia cuando están juntos y luego despiertan a un estado de mayor conciencia, destacando la profundidad de su conexión.
Hiperbatón "se aletargan, fallecen, se reintegran" El hiperbatón se utiliza aquí para invertir el orden natural de las palabras y enfatizar la transición entre los estados de los amantes: de la letargia a la muerte y luego a la reintegración.