A Juan Ramón Jiménez, Rubén Darío

¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza1
para empezar, valiente, la divina pelea?2
¿Has visto si resiste el metal de tu idea3
la furia del mandoble y el peso de la maza?4

¿Te sientes con la sangre de la celeste raza5
que vida con los números pitagóricos crea?6
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,7
a los sangrientos tigres del mal darías caza?8

¿Te enternece el azul de una noche tranquila?9
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila10
cuando el Angelus dice el alma de la tarde?...11

¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?12
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.13
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.14

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  • Sarath Abr., 2023

    Me ha ayudado muchísimo, no podria agradecer lo suficiente.


Análisis

El poeta se pregunta si su amigo tiene la fuerza, personalidad, para resistir los ataques contra sus ideas, su poesía y él mismo. Siente que Juan Ramón Jiménez tiene esa fuerza, casi como la de un héroe clásico. No teme a nada. Al mismo tiempo, tiene sentimientos profundos, tiernos, como cualquier otra persona sensible. Comprende a la gente y es capaz de interpretar lo que desea sin hablar. Es por ello que el poeta considera a su amigo preparado para ser lo que desee ser.

Estamos ante un poeta que habla sobre otro poeta. En este caso el autor de estos versos se pregunta si este amigo, Juan Ramón Jiménez, tiene la fuerza necesaria para ser quien desea ser. Algo que podría preguntarle perfectamente al lector, al que de una manera indirecta, parece que también se dirige.

Casi parece un diálogo entre ambos. A raíz de esta supuesta conversación, se da cuenta de que no solamente es una persona con una gran personalidad y capacidad para escribir, sino que tiene la suficiente fuerza como para que no le importen los comentarios de otros poetas que lo puedan criticar o incluso la propia sociedad. Es consciente de quién es y de qué desea hacer.

Es por ello que el escritor de estos versos, ve a esta persona no solamente como a un amigo, sino como alguien que puede volar libre, alguien que es fuerte, que sabe lo que quiere y que está por encima de los dimes y diretes, está más allá de lo que puedan pensar de él, de lo que la crítica pueda intentar hacer para ofenderlo.

Cuando acabemos de leer el poema, de alguna manera podemos interpretar que, además de Juan Ramón Jiménez, el poeta también se dirige al lector y le hace reflexionar acerca de sí mismo. Cada uno de nosotros debe ser consciente de quién y tener la fuerza para aceptarlo y continuar su vida sin que ninguna crítica pueda afectarle.

La importancia de este poema está en que, a través de la imagen de Juan Ramón Jiménez, el poeta conecta con el lector y le hace partícipe de estos versos y, al mismo tiempo le hace reflexionar acerca de la vida, acerca de lo que quiere y acerca de su capacidad y fuerza para seguir su camino vital.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. Oct., 2015. A Juan Ramón Jiménez, de Rubén Darío. Poemario. Acceso en https://poemario.com/juan-ramon-jimenez/

Ejemplos de figuras literarias en A Juan Ramón Jiménez

Figuras Literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza para empezar, valiente, la divina pelea?" La "coraza" y "la divina pelea" son metáforas que se refieren al valor y la determinación necesaria para ser poeta. La "divina pelea" simboliza los desafíos que uno enfrenta en la creación poética.
Metáfora "¿Has visto si resiste el metal de tu idea la furia del mandoble y el peso de la maza?" El "metal de tu idea" es una metáfora que representa la fortaleza de las creencias del poeta. El "mandoble" y "la maza" simbolizan las dificultades o críticas que pueden desafiar esas ideas.
Símil "¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea, a los sangrientos tigres del mal darías caza?" La comparación del poeta con Herakles (Hércules) y su famoso acto de valentía de matar al león de Nemea sugiere que el poeta también debe enfrentarse y superar grandes desafíos.
Anáfora "¿Te enternece el azul de una noche tranquila? ¿Te sientes... ¿Te enternece... ¿Escuchas..." La repetición de "¿Te" al inicio de varias frases crea un ritmo y refuerza el interrogatorio que se está haciendo al "joven amigo".
Antítesis "La belleza te cubra de luz y Dios te guarde." Esta antítesis coloca la belleza y Dios en lados opuestos, implicando que aunque la belleza puede cubrir al poeta de luz, también necesitará la protección de Dios en su viaje poético.
Prosopopeya "¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila cuando el Angelus dice el alma de la tarde?" El "Angelus" se personifica aquí, como si tuviera la capacidad de "decir el alma de la tarde", esto refuerza la naturaleza mística y espiritual de la poesía.