Una Pregunta, José Gautier Benítez

Sol espléndido y radiante1
en la ancha esfera sujeto;2
no te pregunto el secreto3
de tu esplendor rutilante.4

Ni por qué, nube distante5
tiñes de ópalo y rubí;6
pero perdóname si7
te pregunto en mi querella,8
¿si estará pensando en mí9
como estoy pensando en ella?10

Luna, brillante topacio11
que, entre nebuloso tul,12
cruzas la techumbre azul13
de las alas del espacio.14

Si se fijaron despacio15
sus bellos ojos en ti,16
y si la miraste, di17
si estaba doliente y bella,18
si estaba pensando en mí19
como estoy pensando en ella.20

Mar inmenso que te agitas21
sobre tu lecho de arena,22
y que ora en bonanza plena23
tus olas no precipitas;24

tú que bañas las benditas25
riberas donde viví,26
los sitios donde la vi27
tan pura, tan dulce y bella,28
responde, si piensa en mí,29
como estoy pensando en ella.30

Brisa, que acaso pasando31
jugaste con sus cabellos,32
tú que besaste su cuello33
su mejilla acariciando,34

Y que luego murmurando35
te fuiste lejos de allí,36
si eres la misma que aquí37
pasas sin marcar tu huella,38
responde, si piensa en mí,39
como estoy pensando en ella.40

Noche apacible y serena41
por más que te cause enojos,42
que sean más bellos sus ojos43
y más negra su melena,44

Presta un consuelo a mi pena45
ya que sufriendo viví,46
y pues no llega hasta aquí47
el resplandor de esa estrella,48
responde, si piensa en mí,49
como estoy pensando en ella.50

Nubes que en blanco celaje51
bordáis el manto del cielo,52
cual aves que alzan el vuelo53
sobre el inmenso paisaje,54

decidme si en vuestro viaje55
lejos, muy lejos de aquí,56
llegasteis a verla, y si57
respondéis a mi querella,58
si estaba pensando en mí,59
como estoy pensando en ella.60

Sol y luna, mar y viento,61
nubes y noche, ayudadme,62
y en vuestro idioma contadme63
si es mío su pensamiento;64

si es igual su sentimiento65
a este que mi pecho hiere,66
decid si mi amor prefiere67
a la calma que perdió;68
¡decidme, en fin, si me quiere69
lo mismo que la amo yo!70

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Análisis

El poeta no quiere saber por qué brilla el sol, no busca una respuesta científica a lo que siente. Sólo quiere saber, ante un atardecer de nubes y un infinito color rojo, si es correspondido por su amada. El poeta se dirige a la luna y su belleza clara y brillante. Quiere saber cómo se siente la mujer que desea. Quiere ser parte de sus pensamientos.

Cuando la mira más tranquilo, en toda su intensidad, el ve a la amada hermosa y casi virginal y vuelve otra vez a querer saber si ella le tiene presente en sus pensamientos. La brisa, de la misma forma que se enreda en la cara y cabellos de la mujer, puede saber si ella piensa en él y es por eso que se lo pregunta como si de una persona se tratará.

La belleza de la amada es inmensa y la noche no puede compararse a su lado. Es esa oscuridad la que le hace pensar más en ella y en la incertidumbre de sentirse correspondido o no. Pero también es testigo de la ansiedad del poeta por conocer los sentimientos de la amada. Todo lo que le rodea, el día y la noche, le hace preguntarse si ella siente lo mismo que él.

Estamos ante un poema en el que el poeta expresa de una manera exagerada, excesivamente intensa, su amor y admiración hacia la mujer que ama. Es un torrente de sentimientos, de deseo, de miedo al rechazo y una incertidumbre constante de lo que ella puede estar pensando sobre él.

Cuando leemos y releemos este poema, nos entra una sensación de angustia y, hasta cierto punto, ansiedad, ante la inseguridad del protagonista del mismo, ofreciéndonos una imagen negativa y obsesiva del mismo. Como suele ocurrir en muchos poemas, no se nos ofrece una descripción de la mujer, es más una imagen mental del poeta o una visión que algo real y, hasta cierto punto, parece que tiene la obligación de dar respuesta positiva a las peticiones del poeta, ya que en caso contrario nos encontraríamos con la situación trágica y desproporcionada ante el exagerado amor de este hacia ella.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. Ene., 2015. Una Pregunta, de José Gautier Benítez. Poemario. Acceso en https://poemario.com/una-pregunta/



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  • Hector P. Caban Zeda Ene., 2023

    Mi abuelo, quien vivia en Utuado, Puerto Rico, siempre que nos visitaba en Arecibo y veia el mar, recitaba fragmentos de esta poesia. Por esto la conozco desde muy nino.