A mis obligaciones, Pablo Neruda

Cumpliendo con mi oficio1
piedra con piedra, pluma a pluma,2
pasa el invierno y deja3
sitios abandonados,4
habitaciones muertas:5
yo trabajo y trabajo,6
debo substituir7
tantos olvidos,8
llenar de pan las tinieblas,9
fundar otra vez la esperanza.10

No es para mí sino el polvo,11
la lluvia cruel de la estación,12
no me reservo nada13
sino todo el espacio14
y allí trabajar, trabajar,15
manifestar la primavera.16

A todos tengo que dar algo17
cada semana y cada día,18
un regalo de color azul,19
un pétalo frío del bosque,20
y ya de mañana estoy vivo21
mientras los otros se sumergen22
en la pereza, en el amor,23
yo estoy limpiando mi campana,24
mi corazón, mis herramientas.25

Tengo rocío para todos.26

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Análisis

El poeta chileno Pablo Neruda tuvo un ciclo creativo en el que sus obras conformaron un himno de celebración de la vida. Durante esa etapa, publicó los cuatro libros de su serie de odas: Odas elementales (1954), Nuevas odas elementales (1956), Tercer libro de odas (1957) y Navegaciones y regresos (1959). En los tres primeros, el clima es de complacencia, alegría y optimismo, pero en el cuarto aparecen el abandono o la rotura de las cosas y el peso de los infortunios. Es un reflejo de un momento difícil en la vida del poeta y en su labor creadora. Las visiones eufóricas que en el pasado lo inundaban se diluyen tras una bruma de nostalgia y se desordenan por la quebradura de algunas convicciones.

Navegaciones y regresos, publicado en 1959 cuando su autor tenía cincuenta y cinco años de edad, es una obra cuya homogeneidad se sostiene en la abundancia de los temas del mar ambientados a orillas de aguas de diversas zonas del mundo. El libro incluye el poema A mis obligaciones.

El hispanoamericanista español Luis Sainz de Medrano, en su ensayo El último Neruda (1973), escribió:

En estas Odas está el Neruda amoroso ─porque las odas son un gran poema de amor hacia todo─, el Neruda civil ─que celebra lo modesto, que se dirige a cualquier interlocutor, entre ellos los modestos─, el Neruda político ─que aspira a que sus odas sean un instrumento, un objeto, como el pan del panadero o la escofina del carpintero, como el pincel del pintor o como el yunque del herrero─, aquí comparece el Neruda crítico ─que se ríe de la crítica literaria y hace con sus papeles una hoguera─, el Neruda de barroca lengua torrencial, el Neruda de verso sencillo y desnudo y, por encima de todos, el Neruda celebratorio, el cantor del incontable universo. Incluso después de todo eso, a Neruda le quedaron cosas por nombrar y, en Navegaciones y regresos, hay nuevas odas al ancla, a la mesa, a Louis Aragón, a la cama, al elefante y las patatas fritas; a las cosas rotas y a los trenes del Sur; al plato, a la guitarra y a Ramón Gómez de la Serna; al perro, a la silla, al violín y a la sandía.

El francés Alain Sicard, escritor y catedrático de literatura latinoamericana en la Universidad de Poitiers, en su ensayo Pablo Neruda: Divagaciones y regresos (1999), refiriéndose a la poesía de Neruda y a la exaltación del trabajo como actividad fundadora de la humanidad, dijo:

[Es un] punto de vista de por sí, no sólo poco criticable sino difícilmente negable, pero se convierte en dogma a partir del momento en que se quiere extender su definición socio-económica al sector de la creación literaria. La asimilación del trabajo literario al trabajo productor es un leit-motiv de los escritos teóricos del realismo socialista, y también lo es del metalenguaje nerudiano, bien se exprese en poemas o en simples declaraciones: el poeta es un obrero del verso, un trabajador que nada se distingue de los otros trabajadores… […] Esta negación de la especificidad del trabajo poético, legitimada éticamente por un sincero deseo de comunión con los hombres, es tenaz en la poética nerudiana.

En 1968, nueve años después de A mis obligaciones, Neruda confesaría su «culpabilidad» por lo que no hizo, escribiendo su poema Y me declaro culpable incluido en el libro Las manos del día:

[…]
Sí, soy culpable
de lo que no hice,
de lo que no sembré, corté, medí,
de no haberme incitado a poblar tierras,
de haberme mantenido en los desiertos
y de mi voz hablando con la arena.

Navegaciones y regresos no estuvo exento de críticas negativas. El ensayista y crítico uruguayo Pablo Rocca, en su ensayo Neruda en Uruguay: pasaje y polémica (2005), transcribe los siguientes comentarios de su coterráneo el escritor, crítico y editor Ángel Rama:

Un libro penoso que a cualquiera de sus pregonados enemigos le serviría para escribir el ansiado «Neruda RIP» y que, para quienes creemos que es ─¿o acaso ya no?─ el mayor poeta actual vivo de la lengua española, es motivo de vergüenza y de irritación. Navegaciones y regresos es […] una colección de odas en el estilo, aunque más desmañado, de los anteriores volúmenes, y una serie de discursos poéticos circunstanciales originados por el incesante viajar del poeta […] Sus poemas no nacen aquí del imperativo interior del canto y por lo tanto no comprometen honda, raigalmente, al hombre que los escribe, sino que son ejercicios «a propósito de», basados en la enorme capacidad creadora en la que Neruda confía con excesiva ceguera, y en los instrumentos expresivos ya acuñados por él y ya colectivizados por sus discípulos.

Y, sobre el poema Navegaciones y regresos, Sainz de Medrano dice:

Neruda, después del Tercer libro de las odas, se hallaba instalado en la tesis, que propugnaba como definitiva, de la poesía como servicio. […]
Así, Navegaciones y regresos (1959), que en alguna edición se subtitula Cuarto libro de Odas, se inicia con un poema, A mis obligaciones, en el que otra vez el poeta, como reaccionando contra sus indecisiones anteriores, se nos presenta obsesionado de su papel de conductor e iluminador de ajenas oscuridades… […] Neruda sigue observando el mundo, pero hay una sabia gravedad en su visión de las cosas ahora. No todo es hermoso como en los libros de odas anteriores.

El poema A mis obligaciones tiene veintiséis versos distribuidos en una primera estrofa de diez, una segunda de seis, una tercera de nueve y un verso final separado a modo de estrambote. No hay rima, salvo las accidentales de la primera estrofa («deja», «muertas», «tinieblas»). En las estrofas primera y segunda, se combinan diversas métricas, tanto de arte menor como de arte mayor. Pero en la tercera y el verso final, todos son eneasílabos. Es decir que lo que empezó como poema de verso libre termina como poema de verso blanco.

Nota de Javier Collazo.

Collazo, Javier. Sep., 2023. A mis obligaciones, de Pablo Neruda. Poemario. Acceso en https://poemario.com/mis-obligaciones/

Ejemplos de figuras literarias en A mis obligaciones

Figura Literaria Ejemplo Descripción
Metáfora "piedra con piedra, pluma a pluma" Asociación con un constructor, creando su obra con cada palabra y cada verso.
Prosopopeya "llenar de pan las tinieblas" Atribuye la acción de llenar de pan a las tinieblas, como si fueran personas. Esta personificación representa el trabajo del poeta para llevar consuelo y sustento a través de su obra.
Hipérbole "debo substituir tantos olvidos" Exagera la responsabilidad del poeta, haciendo que parezca que debe compensar todos los olvidos que existen en el mundo.
Hiperbatón "Tengo rocío para todos." Altera el orden lógico del sujeto y el complemento, dando énfasis a la idea de que el poeta tiene algo para ofrecer a todos.
Anáfora "yo trabajo y trabajo," La repetición de "trabajo" marca la dedicación del autor a su oficio y su compromiso con la creación.
Antítesis "mientras los otros se sumergen en la pereza, en el amor, yo estoy limpiando mi campana" Contrapone las acciones de los demás (sumergirse en la pereza y el amor) con las del poeta (limpiar su campana), mostrando la dedicación y el compromiso con su trabajo.
Paralelismo "yo trabajo y trabajo, debo substituir tantos olvidos" Refuerza el tema de la dedicación del poeta a su trabajo y su responsabilidad.
Metonimia "limpiando mi campana, mi corazón, mis herramientas." La "campana" se utiliza para representar la voz y la obra del poeta, "corazón" representa sus sentimientos, y "herramientas" sus habilidades para escribir.


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